Yo solo estaba ahí, observando como se sumergía su cuerpo todavía tibio en esa sangre espesa que no dejaba de fluir.Nunca pensé que iba a llegar a esto. Pero ¿Qué iba a hacer? Me la pasaba hablándole, diciéndole que no me moleste, él no me escuchaba, simplemente insistía en seguir arriba mío. Miles de veces lo empujaba pero, como siempre, volvía. De a poco me estaba cansando, ya tenia marcas en mi piel y cada vez más. Sé que por ahí no era necesario llegar a tal límite, pero es lo único q supe hacer, fui impulsiva, lo sé. Y ahora no se cómo seguir, me veo ahí, observándolo, sin saber qué hacer. Millones de preguntas rondan por mi cabeza ¿lo extrañaré? ¿Seré la misma de siempre? ¿Por qué tuve que hacerlo? ¿Lo volveré a hacer? Sin duda se modificarían varias cosas en mi, tenia miedo, no quería dejar de ser esa persona que todos conocían tan alegre, sociable, a veces con mis impulsos pero normal. Ahora ¿Qué iba a pasar a ser? ¿Una loca solitaria que todos apuntarían con el dedo?
Tenia que hacer algo con el cuerpo, pero ¿Qué? Deshacerme de él sería lo más lógico, sólo tenía que pensar la manera en que lo haría. Debía limpiar todo ese desastre, no iba a dejar que arruine mi tranquila vida. Pensé y pensé y me di cuenta que posiblemente no iba a poder callarme, la culpa me perseguiría por siempre, yo iba a ser la responsable de su desaparición, no me iba a perdonar haberlo hecho, si yo era buena, nunca había pensado matar a nadie, pero lo hice, tenia mis por qué pero nadie los entendería ¿Cómo justificarme?
Recuerdo que un día yo salía de mi casa, él salió atrás mío, no quería entrar y como me tenía que ir lo deje afuera, ese día no deje de pensar en él, me sentí mala persona, pero cuando volví ya estaba adentro tranquilo y sin rencores hacia mi. Sé que me quería, me lo vivía demostrando; muchas veces se tornaba insoportable Sólo me daba su amor ¿Por qué no quererlo? ¡Sí! ¡Si yo lo quería! Simplemente a veces quería estar sola y él me molestaba, o así lo tomaba yo, como una molestia.
No podía permitir que esto me arruine todo. Tenía muchas cosas que hacer, seguir con mis estudios, mi trabajo, mis rutinas diarias… Pero de repente otras cuestiones vinieron a mi cabeza ¿si me descargue con él por algo que no tenía nada que ver? Por ahí fue la gota que rebalzó el vaso… Pobre ¿Por qué tuvo que aparecer en este momento de mi vida? Estaba muy saturada de muchas cosas ¡Dios! Por favor ¡ayudame! ¿Por qué no sé qué hacer? Dicen que uno se descarga siempre con el más débil, sin duda él era más débil. Si sólo pudiera volver el tiempo atrás ¿Pasaría todo igual?
Supongo que todo es experiencia, las cosas pasan, o no, por algo. No, no lo supongo, lo sé. Me estoy ahogando en mis palabras, me contradigo, estoy confundida, estoy sola. Y él ahí ya casi frío. Ya dejó de molestarme, tendría que estar relajada pero algo esta mal. ¡Claro! ¡Acabo de matar! Eso es lo que está mal.
Mis manos ensangrentadas, los segundos, los minutos, las horas no dejaban de pasar. Comencé a desesperarme, ese silencio, ese encierro espantoso, imágenes que pasaban velozmente por mi cabeza, era todo tan confuso. Lo único que tenía bien en claro era que ya lo había hecho y que no me lo iba a poder perdonar, eso era lo único. Pero de ahí en más ya no sabía nada.
De la desesperación a la angustia, o acaso ¿ésta ya estaba?... Una mezcla de varios estados de ánimo pero ninguno definido.
Lo tomé entre mis brazos para meterlo en algún lado, daba vueltas en vano, no me animaba a salir de mi habitación. Era tan cobarde, no sé cómo logré hacerlo ¡Ese maldito impulso! ¿Qué enseñanza me iba a dejar esto? ¿No seguir mis instintos? ¡No! ¿Y si me terminaba matando?
El miedo se apoderaba cada vez más de mí y no me ayudaba en nada, solo me tildaba. Seguía con esa asquerosa pregunta ¿Qué hacer? Una pelea interna me dominaba. Nunca había pasado por ese estado pero desde ya les digo que es horrible.
Me senté en mi cama, todavía con él en brazos, y me puse a pensar ¡Já! Era lo único que hacia pero ¿Para qué pensar si no llegaba a ningún lado?
En un momento me di cuenta que todavía no se me había caído ni una sola lagrima, eso me llamaba mucho la atención ¿Acaso se había ido la sensibilidad? ¿Por qué no lloraba?
Me pregunté si seria un sueño, al menos eso me esperanzaba. Seguía pensando… La habitación no tenía más su color violeta, ya era del color de la sangre, ese color hermoso y poderoso que incentiva a hacer cosas como la que acababa de hacer. Seguía comprobando cosas. No era casualidad que mi color preferido sea el violeta, se sabe que ese color calma, relaja… ¿Tenia un instinto asesino? ¿Por eso la elección de ese color como propio para no despertar ese impulso?
¡Shhhh! Pasos… pasos… escucho pasos ¿Acaso eso era lo que estaba escuchando o eran los latidos de mi corazón que sonaban cada vez mas fuerte? Se acercaban más y más, no supe qué hacer. Esperé que la opción del sueño fuese real... Ahora golpes en la puerta, del otro lado una voz preguntando si estaba todo en orden… Se abre la puerta, había que tomar una decisión, mi madre entra y yo ahí…
Si, hice lo que tenia que hacer…Solo lo hice.
25/06/07
